RFID también entrelaza este marco de Turismo y exposiciones gracias a la capacidad de detectar automáticamente una acción o un tránsito para dar vida al entorno circundante, que es animado y responde de forma inteligente.

¿De qué manera?

Este es el caso de un museo belga que eligió la tecnología RFID para hacer única la experiencia del visitante.

El visitante recibe en la entrada un tag RFID que le permitirá animar diferentes secciones del museo: al acercarse al tag en las estaciones RFID puede animar los puntos deseados y luego personalizar su camino en el museo.

La etiqueta NFC utilizada en este caso ha sido completamente personalizada: en la forma, una placa hexagonal de PVC, y en la impresión, que lleva el logotipo de la exposición.

RFID hace de la visita una experiencia participativa y creativa, involucrando al visitante de forma interactiva.