Un sistema municipal de bibliotecas ha adoptado la tecnología RFID para crear servicios innovadores y animar así a la población local a utilizarlos.

¿De qué manera?

2 tipos de tags para 2 usos diferentes: tarjetas de PVC en y etiquetas RFID adhesivas (para pegar en CD/DVD en formato de etiqueta redonda para CD y etiquetas de papel para libros).

Se han entregado tarjetas RFID a los lectores para que puedan acceder al autochequeo, utilizado para la identificación y para las operaciones de retirada y devolución de libros: tras la identificación, el usuario deposita en la estación el libro, CD o DVD que desea devolver o retirar, registrando así la operación y obteniendo un recibo.

También se optimiza la gestión de back-office, ya que todos los activos (libros y audiovisuales) están equipados con una etiqueta RFID que los identifica de forma exclusiva, lo que agiliza las actividades de inventario y búsqueda de documentos en las estanterías.

Esto se ha traducido en una reducción de los costes de gestión y una menor carga de trabajo para los bibliotecarios, un inventario más preciso y un proceso de préstamo y devolución más rápido y personalizado para el usuario.